miércoles, 4 de noviembre de 2009

Guerra de la orja de Jenkins

Hola muy buenas, hoy os haré un copy paste de la wikipedia para informaros de esta gran hazaña.

INICIOS DE LA GUERRA

En la época constituía para los ingleses una prioridad el disponer de plazas fuertes en tierra firme en el Golfo de México, que querían convertir en inglés y en el que ya disponían de algunas islas, siendo Jamaica la principal de ellas. El poder español a escala europea llevaba 70 años en claro declive, por lo que Inglaterra no estaba dispuesta a seguir aceptando unas condiciones enormemente desventajosas para ellos en lo que al comercio americano se refería. A pesar de aquella legalidad establecida como resultado de guerras pasadas, el contrabando por parte de mercantes ingleses era constante, y no era la primera vez que militares ingleses intentaban poner pie en la costa, atacando ciudades o puertos poco protegidos, algunas veces con éxito momentáneo, pero que siempre eran reconquistados por los españoles a la postre.

Dentro de este panorama, los problemas del contrabando y el corso en el Caribe afectaban por igual a ambas potencias, aunque con ventaja española. Los ingleses reconocen haber capturado 231 buques españoles frente a 331 ingleses capturados por los españoles, hasta septiembre de 1741, mientras que los recuentos españoles hablan de 25 frente a 186, aunque a pesar de la gran discordancia de cifras, ambos recuentos reconocen ventaja para los españoles.

Como fondo de la cuestión estaba el dominio de los mares, que España ostentaba desde hacía siglos y que los británicos querían y estaban en camino de obtener.

Y precisamente uno de los muchos problemas de contrabando, ocurrido en 1738 frente a las costas de La Floridas, fue el utilizado por Inglaterra como pretexto para tratar una vez más de arrebatar a España sus posesiones americanas. El incidente que traería tan terribles consecuencias, se produjo cuando un guardacostas español, La Isabela, al mando del Capitán Julio León Fandiño, apresó a un capitán contrabandista inglés, Robert Jenkins, y en castigo le cortó una oreja al tiempo que le decía: «Ve y dile a tu Rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve». A pesar de que el castigo fue moderado dadas las costumbres de la época, Jenkins recogió su oreja y la metió en un frasco de alcohol, regresando a Inglaterra con ella.

En octubre de 1739, tras conocerse el incidente de la oreja, y haber mostrado Jenkins el tarro en el Parlamento británico, se consideró la frase de Fandiño una ofensa al rey, merecedora de la declaración de guerra a España; es decir, una ocasión más para tratar de conseguir el ansiado predominio de los mares y la posesión de los ingentes recursos naturales del Virreinato de Nueva Granada. Por ello, la Historia conoce esta guerra por el nombre de Guerra de la oreja de Jenkins.

La gran flota inglesa es avistada el 13 de marzo, lo que puso en vilo a la ciudad. Antes de disponerse a desembarcar, Vernon silencia las baterías de las fortalezas de Chamba, San Felipe y Santiago. Luego se dispuso a cañonear la fortaleza de San Luis de Bocachica día y noche durante dieciseis días. Bocachica estaba defendida por Des Naux con 500 hombres que, finalmente, tuvieron que replegarse ante la superioridad ofensiva. Tras esta fortaleza sólo quedaba la fortaleza de Bocanegra como entrada a la bahía. En la primera se destruyeron cuatro barcos para impedir la navegación del estrecho canal y, en la segunda, dos barcos, en contra de la opinión de Blas de Lezo de que no serviría para mucho tras lo visto en Bocachica, para impedir igualmente el acceso a la bahía. El bloqueo del canal de la fortaleza de Bocanegra no sirvió para mucho, como había pensado el almirante de Lezo.

(Fortaleza de San Felipe de Barajas)

Tras esto, Vernon entró triunfante en la bahía y a su vez, todos los defensores españoles se atrincheraron en la fortaleza de San Felipe de Barajas tras haber abandonado la fortaleza de Bocanegra. Vernon, creyendo que la victoria era cuestión de tiempo, despachó un correo a Inglaterra dando la noticia de la victoria.

Seguidamente, ordenó un incesante cañoneo del castillo de San Felipe por mar y tierra para ablandar a las fuerzas guarnecidas en la fortaleza. En ella solo quedaban 600 hombres bajo el mando de Lezo y Des Naux. Vernon decide rodear la fortaleza y atacar por su retaguardia. Para ello se adentraron en la selva, lo que supuso una odisea para los ingleses que contrajeron la malaria y perdieron a cientos de sus hombres. Sin embargo, llegaron a las puertas de la fortaleza y Vernon ordenó atacar con infantería. La entrada a la fortaleza era una estrecha rampa que de Lezo rápidamente mandó taponar con trescientos hombres armados con tan solo armas blancas y lograron contener el ataque y causar 1500 bajas a los asaltantes.

La moral de los atacantes bajó considerablemente tras esto y por las epidemias que causaban continuas bajas. Vernon se puso muy nervioso en aquel momento ya que la resistencia a ultranza de los españoles superó con creces sus expectativas y ya había enviado la noticia de la victoria a Inglaterra. Vernon discutió acaloradamente con sus generales el plan a seguir. Finalmente decidieron construir escalas y sorprender a los defensores en la noche del 19 al 20 de abril.

Los asaltantes, al mando del general Woork, se organizaron en tres columnas de granaderos y varias compañías de casacas rojas. En vanguardia iban los esclavos jamaicanos armados con un simple machete. El avance era lento debido al gran peso de artillería que transportaban y al continuo fuego que salía de las trincheras y desde lo alto de la fortaleza, además de que estaban expuestos en una gran explanada. No obstante, logran alcanzar las murallas pero se dan cuenta de que las escalas no medían lo suficiente para salvar también el foso, quedando los atacantes desprotegidos y sin saber qué hacer. Los españoles continuaron con su nutrido fuego, lo que provocó una gran masacre en las filas invasoras.

A la mañana siguiente, pudieron verse innumerables cadáveres, heridos y mutilados en los alrededores de la fortaleza, poniéndose de manifiesto la gravísima derrota inglesa. Los españoles aprovecharon para cargar a bayoneta provocando la huida de los ingleses. Los españoles lograrían matar a cientos de ellos y hacerse con los pertrechos que abandonaron los sitiadores tras la huída.

Vernon no tuvo más remedio que retirarse a los barcos. Ordenó durante treinta días más un continuo cañoneo, ya que todavía no aceptaban la derrota. Sin embargo, las enfermedades y la escasez de provisiones empezaban a hacer mella en lo que quedaba de tropa. Finalmente, el Alto Mando inglés ordena la retirada, de forma lenta y sin cesar de cañonear. Las últimas naves partieron el 20 de Mayo. Tuvieron que incendiar cinco de ellas por falta de tripulación.

Vía: http://es.wikipedia.org/wiki/Sitio_de_Cartagena_de_Indias_(1741)

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