miércoles, 4 de noviembre de 2009

Cae el imperio del sol naciente

Siento haber abandonado esto un fin de semana de todos modos os pongo las noticias de los días anteriores:

Agosto de 1945

El Japón tardó demasiado, esperando llegar a un compromiso con Moscú. Estados Unidos no quiso arriesgarse a que los rusos declararan la guerra Japón e intentaran la invasión por su cuenta, quitándoles así la iniciativa. Por tanto, Truman decidió no correr el riesgo de ser sacado del partido en el último momento y ordenó el bombardeo atómico.

Primera bomba atómica

El 6 de agosto, un B-29 despegó de Tinian y dejó caer sobre Hiroshima la bomba atómica que incendió y arrasó la mayor parte de la ciudad. Los rusos se percataron entonces de que, si querían llegar a tiempo a la guerra para compartir el botín, debían apresurarse. El 8 de agosto el ministro de Relaciones Exteriores soviético entregó al embajador del Japón en Moscú, la comunicación que sabían que estaba por llegar: la declaración de guerra. A las pocas horas, el ejército rojo entraba en Manchuria.

Segunda bomba atómica

El día 9, otra bomba atómica lanzada desde un bombardero estadounidense devastó la ciudad de Nagasaki. Por su parte, la Tercera Flota incursionó sobre el norte de Honshu y Hokkaido, que había capeado un tifón. El día 10 las fuerzas rusas comenzaron la invasión de Corea.

Todos estos acontecimientos forzaron al gobierno japonés a tomar una decisión y resolvieron uno de sus problemas más difíciles. Hasta entonces los consejeros del Emperador no habían sabido cómo presentar los hechos a una nación que todavía confiaba en la victoria. Se temía que todo intento de rendición provocase motines en las fuerzas armadas y el alzamiento de la población que preferiría morir en defensa del Emperador. Pero el poder de la nueva bomba que causaba destrozos inimaginados como desconocidos, el rápido avance del Ejército Rojo y la reanudación de los ataques por mar, persuadieron al Emperador que no tenía sentido optar por la destrucción del Imperio.

(Nagasaki antes y despues de la bomba)

10 de agosto

Poco después de medianoche, en la madrugada del 10 de agosto, el Emperador Hirohito se levantó con inocultable emoción ante su Consejo Supremo y aconsejó la aceptación inmediata de la proclamación de Postdam. El gabinete aceptó l decisión del Emperador, con la única condición de que permaneciese respetado el sistema imperial. El acuerdo fue dado a conocer vía Suiza y Suecia a Washington, Londres, Moscú y Chungking. Al recibir la comunicación, el Secretario de Estado de los Estados Unidos, James Byrnes, actuando en nombre de los gobiernos aliados, redactó la contestación aceptando la condición, pero con dos estipulaciones: que durante la ocupación el Emperador debería someterse a la autoridad del supremo comandante aliado en el Japón y que el pueblo japonés debería decidir en elecciones libres sobre la categoría definitiva del Emperador.

Rendición de Japón

Mientras tanto, la tercera flota atacó al norte de Honshu y las Kuriles para desanimar los deseos de resistir de las fuerzas japonesas que no daban signos de querer rendirse. El día 13, repitió los ataques sobre Tokio. El día 14, el Gabinete japonés, siempre por consejo del Emperador, aceptó las estipulaciones aliadas. El 15 de agosto, mientras se efectuaba otro ataque aéreo sobre Tokio y cuando acababa de lanzar otra oleada de atacantes, el Emperador en inusual alocución radial, ordenó deponer las armas. Ese mismo día China acuerda un armisticio con las fuerzas japonesas que para entonces contaban con 1.300.000 hombres y que cumplen la orden del Emperador de deponer las armas. Sin embargo el comandante japonés en Manchuria continúa la lucha hasta el día 21 de agosto.

Firma del Acta de Rendición

El 29 de agosto, a bordo del acorazado USS Missouri, anclado en la bahía de Tokio junto con otros barcos de la tercera flota, el ministro de Relaciones Exteriores del Japón en nombre del Emperador, del Gobierno Imperial y de Cuartel General Imperial, firmó los protocolos de rendición. El general Douglas MacArthur firmó la aceptación como supremo comandante de las potencias aliadas. El almirante de la flota, Chester Nimitz, añadió su firma como representante de los Estados Unidos. Siguieron las de los representantes del Reino Unido, China, la Unión Soviética, Australia, Canadá, Francia, Países Bajos y Nueva Zelanda.
Inmediatamente el General MacArthur, nombrado por Truman Supremo Comandante aliado en Japón y a partir de ese momento Gobernador de Japón, trasladó su Cuartel General a Tokio, para dirigir la ocupación y decidir el destino del pueblo japonés. La Segunda Guerra Mundial había llegado a su fin.

Vía: http://www.exordio.com/1939-1945/militaris/batallas/rendicionJAP.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario